Pájaro inconfundible que regresa a nuestras latitudes a pasar el invierno, muy abundante en esta época en la Vega del Guadiana. Fácil de ver ya que su hábitat es en espacios descubiertos, cercas de alambres, postes no muy altos, muros de piedras, etc. No es un ave que frecuente núcleos urbanos más allá de pequeñas poblaciones rurales. Acostumbra campos abiertos, praderas con matorrales bajos, bordes de caminos, etc., muchas veces en zonas de paso de ganado.
Su alimenta principalmente de insectos que atrapa en el suelo, a veces moscas y mosquitos realizando rápidos vuelos. Es una de las aves que más temprano inicia su actividad aunque también caza al ocaso, hay estudiosos que apuntan que debido a estas costumbres crepusculares y condiciones de poca luz, es por lo que ha desarrollado unos ojos más grandes en relación a otros passeriformes.
Ambos miembros de la pareja, incluso pasada la época de cría, permanecen juntos en su pequeño territorio del que no se mueven durante todo el invierno. Acostumbran posarse en las mismas perchas una y otra vez, cuando se sienten amenazadas realizan un corto vuelo para resguardarse, una vez pasado el peligro vuelven de nuevo al mismo posadero.
En la Península Ibérica y Baleares está presente la subespecie de distribución europea occidental, sólo en Galicia aparece una subespecie presente en la Bretaña francesa y en las islas Británicas. No está presente en Canarias, en Fuerteventura cría la Tarabilla Canaria, según los últimos censos existen alrededor de 1.300 parejas.
Todas estas fotos han sido tomadas en el comedero/bebedero del amigo Miguel Velázquez, que tan buenas alegrías nos dá cada año, donde tenemos la oportunidad de trabajar con distintas especies. Gracias compañero.
Hembra de Tarabilla común |
Macho de Tarabilla común. |
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